La compositora y guitarrista Cecilia Zabala editó un nuevo disco. Sagrado Rito son once canciones cuyas composiciones fueron compartidas con artistas como Teresa Parodi, Yusa y Quique Sinesi.


Tras tres años de trabajo se dio a conocer Sagrado Rito, el 12vo. disco de la cantautora y guitarrista Cecilia Zabala. Disponible en plataformas desde mayo pasado, la placa está compuesta de once canciones, nueve de ellas producidas en coautoría con otros artistas. Pasando por diferentes colores y estilos -de un vals con aires brasileños a una tonada cuyana, de una guarania paraguaya a un tema pop- el material da cuenta de las búsquedas musicales de Zabala que se nutre de la participación de una decena de invitados. El amor en sus diversas manifestaciones es el tema que atraviesa como un hilo invisible las canciones.

Luego de un tiempo de repliegue, en el que se sucedieron el nacimiento de su hijo y la pandemia, Zabala sintió una fuerte necesidad de salir al encuentro y entregarse al vértigo que implica el crear junto a otros. “Me sedujo la idea de armar un disco compartido y de la colaboración, no solo una invitación a ser parte grabando sino sobre todo una invitación a compartir obra”, explica. Además de tocar o arreglar temas junto a los invitados, en Sagrado Rito Cecilia ensaya diversas variantes de coautoría, desde musicalizar poemas ajenos hasta poner palabras a melodías de otros.

Portada de Sagrado Rito. Fotos: Gentileza de la artista

La nómina de invitados da cuenta de amistades entabladas a lo largo de su carrera, también de los gustos y las influencias musicales de las que se nutre esta exquisita guitarrista. Son de la partida la cubana Yusa, Miguel Cantilo, los guitarristas Juan Falú y Quique Sinesi, Teresa Parodi, el pianista y compositor Fernando Otero, Lula Bertoldi, el cantautor español Javier Ruibal, los estadounidenses Eugene Friesen y Eugene Uman, la cantante y poeta Sandra Rehder y el pianista brasileño Luis Simas. Acerca de la experiencia de crear con otros Zabala explica: “tiene mucho de abrir y también de aceptar lo que vuelve. Por ahí lo que viene es algo distinto a los que yo esperaba, pero hay que confiar en que va a estar bueno y va a sumar”.

El proyecto puede leerse también como contracara de la Zabala solista, faceta en la que, desde hace más de quince años, gira con su guitarra por Estados Unidos, Europa y Latinoamérica. “Yo soy naturalmente una artista que sostengo mi obra solista desde la composición, desde tocar la guitarra, desde cantar y esto es un espacio muy propio, muy afianzado por mí y en algún sentido muy rico -es todo un universo-, pero a la vez es como que tiene esta cosa de la soledad que también pesa. Entonces, esto de salir al encuentro con el otro es maravilloso. Lo necesitaba”, destaca al respecto.

Sagrado Rito aparece luego de dos discos grabados por la artista en formato de grupo junto a Mario Gusso en percusión, Mariano Martos en bajo y Emiliano Álvarez en vientos: Aire Soy (2018) y Aire Soy II (2023). Ambos producto del registro de un recital realizado en 2018. Consultada acerca del por qué de esta vuelta al formato de guitarra y voz (que por momentos se multiplica en guitarras y voces), asegura que es su esencia, un lugar al que siempre vuelve. “Siempre para mí es necesario volver a esa intimidad, a ese universo mínimo y que tiene como lo chiquito pero lo poderoso también porque tiene mucha información y es como la esencia de mi obra”, cuenta. Dos temas del disco se salen de este plan: en Perezoso a la guitarra de Cecilia se le suma el piano músico brasileño Luiz Simas y en el vals Tu canción, la acompañan Eugene Friezen (cello) y Eugene Uman (piano), dos músicos de Nueva Inglaterra (Estados Unidos).

Acostumbrada desde chica a cantar -sola o como parte de coros- acompañándose con la guitarra, este diálogo de instrumentos le resulta a Cecilia Zabala de lo más natural. La guitarra y la voz son para ella un mismo lenguaje, un espacio de trabajo pero también de juego que, asegura, está muy asociado a su infancia. En Sagrado Rito las voces que se suenan junto a la suya se caracterizan por la diversidad. Desde Teresa Parodi, Miguel Cantilo y Yusa, hasta el español Javier Ruibal, Sandra Reheder y Lula Bertoldi, la variedad le permite, nutriéndose de otras sonoridades, dar cuenta de su versatilidad como música ofreciendo matices diferentes en cada track.

En relación al modo en que trabajó en el disco los arreglos, la artista cuenta: “Por un lado hay un grado de intuición que funciona, que es muy poderoso, y por otro hay un deseo de un formato de sonido, una forma que quiero que suene, y que me lleva a ponerme a escribir, por ejemplo, un arreglo para tres guitarras como pasó en la Tonada de los viñedos.

Acerca de Sagrado Rito, que tuvo su presentación oficial el 23 de mayo en Hasta Trilce (CABA), con la presencia de Juan Falú y Teresa Parodi, Cecilia Zabala explica que es un disco que celebra el amor en todas sus formas: “el amor de la pasión, el amor hacia un hijo, el amor cuando una relación se termina, el amor hacia un ídolo popular”. En el material, “cada canción es una historia, un rito que celebra el amor, el misterio de lo cotidiano, la creación, la fuerza femenina y la lucha por el deseo” sintetiza la artista.

Arte poética es el tema que inaugura el disco, un poema del escritor Humberto Constantini y musicalizado por Cecilia Zabala y Yusa. Se trata de una reversión, grabada a distancia, de una canción que ambas registraron en 2016 para el disco Fin y principios en el que la cantautora cubana le puso música a poesías sobre la dictadura cívico militar argentina. La canción comienza como una baguala y va mutando en un sonido más de trova. La potencia que genera la mezcla de estilos y timbres de la dupla vocal se enriquece con un arreglo de cuerdas que conjugan la guitarra de siete cuerdas interpretada por la argentina con el tres en manos de Yusa.  El poema, devenido canción, es una declaración de principios, una canción sobre el amor.

El segundo track del disco, Resistencia, parece haber sido escrito pensando en los tiempos que nos tocan vivir sin embargo nació en el contexto más luminoso de fin de la pandemia. Es una guarania paraguaya pero puede escucharse como una canción de cuna. Un canto de esperanza, un refugio construido con dulzura por las voces de Cecilia y de Miguel Cantilo, que es además autor de la letra. La versión instrumental aparece en El color del silencio, un disco que Zabala publicó en 2016. Cuenta la artista que cuando Cantilo escuchó la melodía le propuso escribir una letra y no cabe duda que la sociedad creativa resultó más que fructífera. Es una versión a tres guitarras que remite a la sonoridad de las arpas típicas de Paraguay registrada a distancia, entre Buenos Aires y Madrid.

Sagrado Rito es la canción que le da nombre al disco. Tiene música compuesta por Cecilia Zabala a partir de unos versos que le regaló cantautor gaditano Javier Ruibal, que también participa en el tema cantando. La peculiaridad es que está escrita en décimas, una forma clásica en la poesía española que hoy utilizan desde Jorge Drexler (que le dedicó una charla TED) y Joaquín Sabina, hasta los payadores. La impronta rítmica del texto, lograda a partir de la longitud regular de los versos y las rimas, se conjuga con un arreglo de guitarras que produce un efecto cíclico tipo loop. Como en el encuentro amoroso al que refiere la letra, la voz flamenca de Ruibal se enlaza a la de Zabala en un abrazo que suena infinito.

Admiradora declarada de Juan Falú, Cecilia Zabala se animó a contactarlo en 2002 y, tras un encuentro en el que le mostró la música que estaba componiendo por aquel entonces, el guitarrista la invitó a tocar en el Festival Guitarras del Mundo con la condición de que además de tocar, cantara. De este encuentro, que ayudó a forjar la identidad musical de Zabala, nació una amistad que continúa hasta el presente. Durante un encuentro en 2014 Falú le muestra a Cecilia un vals con aires brasileños que estaba componiendo y ella le propone escribir la letra. Así nace Solo así, tema que grabaron juntos en 2021, Juan en guitarra y Cecilia en voz. Con su atmósfera triste que remite a Retrato em branco e preto (de Antônio Carlos Jobim y Chico Buarque), habla de un amor que termina como “una canción que ya no se oye más”.

«Salir al encuentro con el otro es maravilloso. Lo necesitaba». Fotos: Gentileza de la artista

En noviembre de 2020, cuando volvía de una caminata junto a su pequeño hijo, Zabala se enteró de la muerte de Diego Maradona y con la noticia, cuenta: “se me vinieron encima los años de infancia, lo que significó Diego para mi generación, que creció viéndolo jugar al fútbol, y rápidamente me sumergí en la tristeza profunda y colectiva que se respiraba en el aire”. Esa misma tarde compuso la letra y la música de Corazón de Nuestro Pueblo, una canción dedicada al 10 que a pesar de ser una despedida transmite una atmósfera luminosa de admiración y gratitud. En el tema la invitada es la vocalista del grupo Eruca Sativa, Lula Bertoldi, y es interesante lo que resulta de la mezcla de estilos vocales.

Tu canción es un vals, inspirado en la música de Chavela Vargas, que fue grabado a distancia durante la pandemia. Cuenta con la participación del pianista Eugene Uman y el cellista Eugene Friesen, que Zabala conoció durante sus giras por Estados Unidos.

Una casa. Un listado de cosas, de atmósferas, de momentos vividos en ella. De eso se trata Inventario, el tema con el sonido más pop del disco, escrito por Cecilia en medio de una mudanza a modo de despedida entre amorosa y nostálgica. La música es de Fernando Otero, pianista y compositor argentino radicado en Nueva York.

En Tonada de los viñedos Zabala la invitó a participar a Teresa Parodi, “una de las artistas argentinas que más me conmueve por su historia, su ser mujer, sus letras, sus canciones, su compromiso”, expresa. “Yo tenía ganas de hacer una tonada porque me encantan los ritmos lentos de nuestro folclore -la zamba, la guarania, la tonada- y el rol importante, la virtuosidad que tienen las guitarras en el folklore de Cuyo”, explica, y cuenta que le envió una maqueta del tema a Parodi que escribió la letra en tan solo dos días. En la versión definitiva suena un arreglo para tres guitarras ejecutadas por la propia Zabala.

En Alba Cristal Cecilia colgó la guitarra para cederle el lugar a quien considera uno de sus maestros: Quique Sinesi.  “Fue mi maestro cuando tenía diecinueve años, quien me animó a salir por primera vez de gira fuera de Argentina. Su música fue y sigue siendo un faro que me anima a cruzar mis propios límites. Invitarlo a ser parte de este proyecto era para mí, de lo más natural y necesario”, explica. Una melodía aérea de Sinesi le sirvió de base a Cecilia para escribir una letra en un colectivo, durante una gira por Estados Unidos. “Estando de gira extrañaba mucho a mi hijito Ulises. Por eso la letra habla del momento primero de la mañana donde me levantaba bien temprano para poder componer en el silencio de la casa, pero me quedaba en silencio mirándolo dormir”, cuenta.

Preguiçoso es una reversión de un tema incluido en El color del silencio (2016), un disco anterior de la guitarrista. Dedicado a dos perezosos compañeros felinos de Cecilia, este choro cuenta con letra en portugués del compositor brasileño Luiz Simas, que en la nueva versión también se suma en piano para acompañar a la guitarra de Cecilia.

El disco cierra con Pertenencias, un hermoso poema de la cantante y poeta mendocina Sandra Rehder sobre la identidad y el vínculo con el lugar donde vivimos, musicalizado por Cecilia. “Con Sandra Rehder nos conocimos hace años en Barcelona, y fuimos cultivando una amistad que honra el disfrute de las pequeñas cosas: caminatas, charlas, tapas, risas. Poco a poco, como quien no quiere la cosa, fuimos encontrándonos en la emoción de la música y la palabra”, refiere Zabala sobre la amistad y el intercambio entre ambas que juntas dan voz a una delicada versión.

 

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