Nuevo disco de Liliana Herrero: “Me propongo mostrar cómo me incomoda este mundo”
La cantora entrerriana está a punto de lanzar disco nuevo. Se llama Fuera de lugar y la acompañan los músicos Pedro Rossi, Ariel Naón y Facundo Guevara. Un material que busca a través de la música y el encuentro, crear un cobijo entre tanta crueldad. “Vivo con mucho dolor este momento, pero también con una actitud de resistencia”, dice.
Cantar, como una forma de la memoria. Desarmar y sangrar, en un tiempo de crueldades. La vida colectiva, entre tantos olvidos. Liliana Herrero nació el día de la tierra. Eso sucedió el 22 de abril de 1948 en Villaguay, un rincón de Entre Ríos donde comenzó a cantar, para seguir cantando. Siempre cantando, dentro y fuera de los lugares. Un día Fito Páez la convenció y dejó la docencia para dedicarse a cantar.
Su primer disco homónimo fue en 1987. Para 1989 llega su segundo álbum, Esa fulanita. En 1993 edita Isla del tesoro, con invitados como el mismo Páez, Ricardo Mollo, Claudia Puyó y Beto Satragni. Es premio Konex como una de las mejores cinco intérpretes. Luego llegan los discos El diablo me anda buscando, El tiempo quizás, Recuerdos de provincia y Leguizamón-Castilla. En 2003 sale Confesión del viento y en los años sucesivos Falú-Dávalos, Litoral-Paraná y Litoral-Uruguay. En 2008 lanza Igual a mi corazón y en 2009 su primer DVD Todos estos años de gente, en el que participan Luis Alberto Spinetta, Teresa Parodi, Fernando Cabrera, Carlos Aguirre, Lisandro Aristimuño, Ana Prada, Jorge Fandermole, entre otros. El mismo año Epsa Music edita el box Catálogo, compuesto por toda su obra, reeditada hasta 2007. Más tarde llegarán El hilo de una voz, Final Abierto junto al dúo mendocino Orozco Barrientos y Teresa Parodi, Este tiempo, en 2016 Liliana edita Imposible, en 2019 estrena el disco Canción sobre canción y en abril de 2023 Mojones, junto a Teresa Parodi y Juan Falú.
Ahora, llegará Fuera de lugar con Pedro Rossi y Ariel Naón, entre voces, guitarra y contrabajo y la percusión de Facundo Guevara. Comunidad de compromiso, entre abismos y recuerdos. Hace cuatro años, Liliana perdió a su compañero, Horacio González; esquivó cuestiones de salud, de las bravas. Anda el aire, canta Liliana Herrero. Voz y compromiso, aroma a río, a memoria, aquí y ahora.

«El disco se llama Fuera de lugar porque aquí no me encuentro y me retiro, pero no me retiro a una soledad, sino para fundar comunidad con otros modos». Fotos: Seba Miquel
– ¿Cómo fue el trabajo de selección de las canciones que habitan en Fuera de lugar? ¿Qué sonidos buscó para este disco, qué texturas le dan forma a las canciones elegidas?
– Elegir las canciones para un disco siempre es un tema difícil, ¿no? Yo venía haciendo Por seguir, un tema de Raúl Carnota y de Carlos Marrordan y a partir de ahí empecé a pensar más en los textos. Le puse más acento, en realidad a lo que dicen los textos que a la música. Pero es muy difícil para una cantora cantar solo por el texto y sin que le interese la música. Así fue como se dio esa coincidencia, fui eligiendo ocho o nueve canciones, no mucho más. Son canciones que se refieren a situaciones personales, emocionales, políticas y colectivas que me preocupan y me afectan. Ese fue el hilo conductor de las canciones elegidas. Ocho canciones y un poema de René Char dan forma a Fuera de lugar. Por seguir, un gato de Raúl Carnota y Carlos Marrodán; El alazán, de Yupanqui; Aguafuerte, con música de Teresa Parodi sobre un poema de Elvio Romero; Asilo en tu corazón, de Spinetta; Chipi chipi, de Charly García; Martín, de Edgardo Cardozo, y Ejercicio y Compostaje, dos canciones del cantautor uruguayo Mocchi.
– ¿Qué sucede frente a ese ritual de los estudios de grabación, ese vínculo con lo que está por nacer?
– El estudio de grabación es siempre un lugar que cobija mucho y a uno se le van ocurriendo cosas entre las paredes del estudio. Es un vínculo maravilloso el que uno establece con ese espacio, más cuando está muchas horas. Se para un momento para comer algo, para retomar fuerzas, pero siempre lo que tiene el estudio es que lo que pensaste sobre un tema puede ser parcial o totalmente modificado, o sea que el estudio de grabación propone aspectos de creación muy altos.
– ¿Cuál es la toma de posición que se propone en su flamante trabajo discográfico?
– No sé si tengo una toma de posición o me propongo a algo en relación a este disco. Lo único que me propongo es mostrar cómo me incomoda este mundo, esta época, esta Argentina y mostrar también cómo me siento yo anímicamente, espiritualmente. En qué lugar quiero estar, es la pregunta que me formulo. Los discos y las obras de artes no tienen utilidad. Se hacen porque sí y eso es lo que a mí me gusta mucho. Si me preguntan cuál es la toma de posición o lo que me propongo, eso viene después. Uno elige los temas que conformarán un disco y después se ve que genera, que pensamiento se forma sobre ese trabajo.
– Logró un vínculo de mucha amorosidad con Luis Alberto Spinetta y en este disco trae una canción. ¿Cuál considera que es el legado que dejó el Flaco?
– El vínculo que yo tuve con Luis Alberto Spinetta no fue muy extenso, pero fue muy amoroso cada vez que nos encontramos. Nos conocimos gracias a Fito (Paez), que fue el que lo llevó, le invitó para mi segundo disco, ya hace muchos años en el año 89 y a partir de ahí continuamos con una relación no muy asidua, pero encontrarnos generaba momentos muy hermosos. Para mí, fue no solo un gran artista, sino una gran persona. Y el legado de él es magnífico, está toda la música, toda la poesía que él quiso hacer con total honestidad, placer, gozo y tal vez sufrimiento, ¿no? Porque los discos y las músicas se hacen con todos esos sentimientos juntos. Para mí el legado de Luis es fundamental, como el de tantos otros artistas. Pero el de Spinetta me conmueve profundamente.
– ¿Vuelve cada tanto a Villaguay? ¿Fue allí que comenzó a cantar?
– Vuelvo cada tanto a Villaguay, donde nací. Es una ciudad del centro de la provincia de Entre Ríos y allí de algún modo comencé a cantar, pero nunca en términos profesionales. Cuando me fui a vivir a Rosario, tampoco es que canté inmediatamente en términos, digamos siempre entre comillas profesionales, porque es un término que no me gusta para nada. Pero cantaba en los coros de la escuela, la iglesia, en bandas que armábamos entre los jóvenes -casi adolescentes-, que vivíamos en Villaguay. Ese tiempo fue muy importante para mí. Una profesora de piano de mi ciudad fue fundamental en mi vida de cantora.
– Liliana, usted es muy crítica del momento que atraviesa el país. Y aparece en sus ganas, la idea de fundar otro lugar, de vislumbrar otro tiempo ¿Cómo lo imagina?
– Estoy viviendo este momento de la Argentina con mucho dolor, con mucho dolor… Me parece que también el mundo está en peligro. Es un mundo virtual, cruel, ajeno, que está hecho a costa del sufrimiento de miles y miles de personas. En la Argentina, particularmente, es así. Represión, pobreza, miseria, y la disolución de lugares públicos fundamentales, como la educación, la salud, el arte, la cultura, etcétera. Me parece que la alimentación de la gente, la escasa posibilidad de alquilar una vivienda, de tener un lugar donde dormir, cada vez más gente en la calle. Vivo con mucho dolor este momento. Preocupada y con una actitud de resistencia. Por eso, cuando yo digo que el disco se llama Fuera de lugar, es porque aquí no me encuentro y me retiro, pero no me retiro a una soledad, sino que me retiro para fundar comunidad con otros modos, con otras personas que piensan más o menos lo mismo que yo, para discutir, para pensar, para dar más otras cosas. Hay que resistir fuertemente estas políticas de crueldad. Más que de odio yo diría de crueldad y de disolución del país y entrega de la soberanía. Eso me parece fundamental. Así que lo vivo mal, pero también con fuerza para combatirlo, ¿no? Y pensar que así no puede sostenerse un país.
– ¿Qué la conmueve? ¿Qué la atraviesa? ¿Cómo es el mundo que habita Liliana Herrero?
– Este país tiene una memoria de grandes transformaciones que no deberíamos olvidar y a las cuales tenemos que regresar para pensar cómo seguimos. Esa es mi situación, lo que me conmueve, lo que me atraviesa y ese es mi mundo. Siempre en mi vida fue de un vínculo con la vida social, la vida política, la vida artística, la vida cultural del país. Nunca me aislé individualmente.