La singular historia del Dúo Salteño, un binomio de tres integrantes ideado por el genio de Gustavo «Cuchi» Leguizamón y sostenido en las privilegiadas voces de Chacho Echenique y Patricio Jiménez, vuelve a hechizar gracias a la investigación y la caligrafía de Lucas José Fernández y Ana María Falcón en un libro que visita las aristas de un estilo único que sigue abriendo horizontes.


“Para mí el arte es superarse y poder dejar un grano de arena en este mundo tan difícil y tan caótico. Y creo que el Dúo Salteño lo ha logrado dejando muchísimos granitos de arena”, arriesga Ana María Falcón, co-autora junto a Lucas José Fernández de Dúo Salteño-Memorias de Largos Caminos (Serial Editorial), un libro que emprende varias aventuras narrativas en pos de asumir el desafío de desentrañar y resaltar aspectos estéticos y expresivos de la mitológica apuesta sonora conformada por Chacho Echenique y Patricio Jiménez bajo la tutela musical de Gustavo «Cuchi» Leguizamón.

Durante una conversación virtual pero vívida que reunió a De Coplas con el periodista, escritor y músico cordobés y con la docente, psicóloga social, narradora, productora y música porteña, la pareja mentora de esta recuperación cultural fue repasando aspectos salientes y también desconocidos de una propuesta vanguardista dentro del folclore que, en un mismo movimiento, inventó un lenguaje de ruptura y lo dejó a disposición para continuar explorando sobre esa huella de memorias y novedades.

Como para potenciar ese singular gesto capaz de trascender a ambas duplas (la musical y la narradora), Fernández-Falcón cuentan desde los orígenes personales de los protagonistas de la gesta hasta su desarrollo formal y profesional utilizando la primera persona del plural en un viaje geográfico y temporal que deviene en una voz colectiva cargada de evocaciones y paisajes que invitan a la travesía.

“La gente está como muy agradecida al trabajo que hemos hecho y nos lo hacen saber porque, se ve, era el deseo de muchas personas y el nuestro también y por eso lo dedicamos a los ‘dueros’ una tribu de seguidores del Dúo Salteño de la que nos sentimos parte”, señala Fernández conductor en yunta con Germán Hidalgo de Mama Rock que lleva 23 años al aire en Radio Nacional Córdoba; parte del dúo tanguero Sin Vento con el guitarrista Sebastián «Bachi» Freiria y firmante de otros cuatro libros: El Concierto del Aire (2017); Postales 1 y 2 (2020) sobre el dúo Baglietto-Vitale –ambos con Miguel Ángel Dente-; Historias de Vox Dei (2020) junto a Néstor Petrucelli y Aquelarre–Canciones de cielo final (2022) como parte de un equipo también integrado por Dente, Gustavo Bolasini y Felipe Surkan.

En esa ligazón entre escribas y receptores del volumen, Falcón (pareja de Echenique desde hace 43 años, además de instrumentista de acordeón en la agrupación musical femenina Suculenta Flor De Orquesta) aporta con satisfacción: “Siento que pudimos ser las voces de los ‘dueros’ y las ‘dueras’ que desde los tiempos de funcionamiento del grupo ya sabían constituirse como comunidad para estar al tanto de las actuaciones no tan regulares ni establecidas que solían realizar”.

Dúo Salteño-Memorias de Largos Caminos, que tuvo presentaciones salientes en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno y en las ciudades de Salta y Córdoba, es un valioso documento a cuatro manos y a distancia que desde una narrativa ficcional logra reunir datos y voces acerca del Dúo Salteño.

Allí irrumpen apuntes notables –reunidos casi todos ellos en el espacio salamanqueño del séptimo capítulo denominado En las profundidades de la caverna– por donde desfilan testimonios de Los Olimareños, Dúo Coplanacu, Pedro y Pablo, Daniel Toro, Estela Magnone, Jaime Ross, Jorge Fandermole, Juan Falú, Juan Quintero, Leo Maslíah, León Gieco, Litto Nebbia, Peteco Carabajal, Raly Barrionuevo, Raúl Barboza, Teresa Parodi y Víctor Heredia, entre más.

Pero además de esa célebre galería, Fernández destaca la inclusión de otros testimonios como los de los guitarristas Carlos Cicconi, Martín Neri, Daniel Barrera, Gustavo Gancedo, Hernán Ruiz, Luis Chazarreta, Migue Rivaynera y Ramón Navarro hijo, que “tanto tuvieron que ver con el sonido del Dúo, con esas canciones que uno automáticamente reconoce gracias a guitarras que no son pirotécnicas ni empalagosas pero que fueron acompañando ese acabado de cada tema al estar colocadas muy sutilmente y que, en muchos casos, ni siquiera figuraban en los créditos de los longplays”.

La investigación, por supuesto, repasa grandes actuaciones del binomio que con la batuta de Leguizamón debutó el 25 de mayo de 1967 –como Dueto Argentino- en Santiago del Estero, sus rupturas y regresos y el recorrido a través de siete discos de estudio: Dúo Salteño (1969), El canto de Salta (1971), Dúo Salteño II (1973), Dúo Salteño III (1974), Como quien entrega el alma (1984), Madurando sueños (1986) y Vamos cambiando (1991).

¿Cómo se dio la decisión de armar un relato de ficción para abordar esta historia?

Ana Falcón: Lo discutí con mi hermana Mercedes que proponía que la parte ficcional funcionara en un anexo y yo me resistí para, en cambio, hacer que la voz plural que relata la historia del Dúo Salteño se fuera metiendo en las historias, en los discos, en las canciones y en los personajes de cada disco desde un estilo que remite al realismo mágico latinoamericano.

¿Y de qué modo se dio la experiencia de escribir a distancia y a cuatro manos?

Lucas Fernández: En mi caso ya tenía experiencia por los libros anteriores que también había escrito en coautoría y en un ida y vuelta constante en el que va tomando forma el escrito y se va llenando el esqueleto de lo que queríamos hacer y en donde yo aporté un formato de rigor periodístico.

– ¿Cómo fue que se reunieron para este proyecto?

– A.F.: Lo lindo de todo esto fue como disfrutamos y la relación que establecimos, porque nosotros nos habíamos visto una sola vez en un bar de Buenos Aires cuando Lucas entrevistó a Chacho y yo lo acompañé. Pero después y con el objetivo de hacer el libro nos empezamos a vincular por videollamada y correo electrónico y así nos fuimos conociendo y la verdad que ahora estamos como chanchos (risas).

– L.F.: Cuando terminás de hacer un libro te quedás como huérfano y yo, como coleccionista de música y fana del Dúo Salteño, tenía ese objetivo pero aunque tuve reuniones con dos amigos acá en Córdoba, la cosa se fue enfriando y entonces le escribí a Ana y le confesé que me estaba faltando un empujoncito o algo y ella me propuso ser mi co-equiper y todo fue tomando una linda forma.

El Dúo Salteño mantuvo su incansable actividad musical por más de 40 años. Fotos: Gentileza de los autores

¿Cuál es la dimensión del Dúo Salteño que lograron consolidar a partir del libro?

– A.F.: Me siento realmente muy satisfecha porque creo que pudimos reflejar lo que muchos querían y conseguimos recrear la emoción y lo que el Dúo Salteño supo generar a partir de su música.

– L.F.: A pesar de que por una cuestión generacional no pude ver al Dúo Salteño cuando volvió en los ’80 pero sí lo logré en el otro regreso de los 2000, me siento identificado en lo que Ana acaba de decir en relación a lo que se generaba entre sus seguidores y que es algo que el libro también está consiguiendo tal vez porque de alguna forma constituye un acto de justicia que hicimos con ellos dos, con esa música, con esa propuesta tan jugada que no hay nada que la iguale.

Al respecto y aún tratándose de una apuesta estética que de tan personal parece intransferible ¿Sienten que hay algo de ese legado que puede ser retomado o se cerró en el propio Dúo Salteño?

– L.F.: Aunque el Dúo Salteño impuso una manera de interpretar que todo músico reconoce y muchos quisieron emular, nadie lo logró y es algo increíble que suceda eso cuando hay tanta música a través de las redes y demás y eso es algo que tiene que ver con como Chacho y Patricio encararon la manera de interpretar con esas voces tan raras, tan endiabladas que en ciertos momentos no sabés quién es quién.

– A.F.: Yo creo que hubo algunos intentos por parecerse, por hacer armonías semejantes con esas disonancias, pero realmente no llegaron a poder alcanzar la concreción de algo de ese carácter. Pero para mí el dúo es pasado porque tiene las raíces en su canto, es presente porque sigue vigente hoy entre jóvenes, sobre todo músicos, y es futuro porque sigue y seguirá sonando siempre con esa contemporaneidad que lo caracteriza.

A pesar de la imponente reunión de nombres para delinear el andar del Dúo Salteño ¿Lamentan alguna ausencia?

– L.F.: En mi caso siento que solamente me faltó Fito Páez a quien hubiera estado bueno tenerlo sabiendo de su admiración por el «Cuchi» a quien le dedicó la canción The Shinning Of The Sun en su disco Rey sol (2000) y de quien abrió tocando Me voy quedando cuando debutó en el Festival de Folclore de Cosquín. Siento que siendo Fito un tipo tan masivo, su palabra podía acercar a nuevas generaciones a la música del Dúo Salteño.

Por otro lado, por supuesto, me hubiera gustado poder tener más la palabra de Patricio (fallecido el 22 de noviembre de 2009, a sus 66 años) a quien por suerte lo había entrevistado y que gracias al trabajo que hicimos con Ana lo pudimos tener presente en el relato.

– A.F.: Alguien al que me hubiese gustado hacerle una entrevista para tenerlo en el libro es Efidio Alonso, director y fundador del grupo canario Los Sabandeños, porque una vez y después de una actuación del Dúo Salteño en Islas Canarias fuimos a una fiesta y Patricio y Chacho se pusieron a cantar y él estaba en el medio de los dos y lloraba diciendo “nunca pensé que lo iba a escuchar estereofónico al lado mío, en la realidad total”. Y bueno, yo le escribí para que participe pero su hija me contó que está grande y con problemas de salud y lamentablemente no pudo aportar su testimonio.

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