Después de muchos años, el cantautor editó nuevo disco. Se llama Tiempo y lugar y es un recorrido crítico y sensible sobre la actualidad de la humanidad y sus complejidades. “Sigo componiendo porque todavía me parece posible llevar al lenguaje artístico la relación de uno con el entorno que le toca vivir”, dice Fander.
Ese vínculo con los sentimientos, con los deseos, con los personajes; ese regreso a los ruidos y a los silencios de la infancia, a los afectos, a las costumbres de la gente conocida; ese imaginario sobre el que todo se construye y que hace propio lo ajeno; esa presencia de río distintivo, de paisaje sonoro, de cotidianeidad. Todo cabe en las canciones del disco al que Jorge Fandermole acaba de abrirle una puerta para que salga a jugar, para que crezca y ande. Un puñado de bellas canciones que provocan una conmoción en la sensibilidad y un profundo movimiento íntimo a partir de las emociones que transmiten. Un tiempo y un lugar, o muchos tiempos y todos los lugares, vinculados a la crítica y a la convicción de un autor prolífico, decidor, dueño de una percepción que lo acompaña a mirar ese mundo que habita el mundo. “Son tiempo y lugar dos conceptos del imaginario humano que permiten considerar nuestra existencia y sus circunstancias, antecedentes y proyecciones. Espacio y tiempo, a la vez que de naturaleza cada vez más incierta ambos, se nos manifiestan en una realidad inmediata brutalmente crítica, y es ese marco sensible en el que se presenta este repertorio”, dice el autor de la Oración del Remanso.
Jorge Fandermole, una vez más, logró que su trabajo discográfico agrupe los contenidos necesarios para convertirse en una expresión artística. Tiempo y lugar, el primer disco en más de diez años de Fander, incluye canciones hasta ahora inéditas que invitan a reflexionar sobre el tiempo que atraviesa la humanidad, toma a la poesía como arma transgresora y, por sobre todo, arman un escudo de resistencia. Alcanza con repasar la letra de Décimas de identidad, donde el santafecino dice: «No he forzado voluntades justificado en urgencias, ni defendido creencias como si fueran verdades / descreo de la esperanza que se funda en sus promesas, como de cualquier sentencia que le caiga de la boca a quien no siente ni toca ni de lejos la pobreza», para corroborar este vínculo urgente con un presente cargado de complejidades.

«El cancionero es sin duda un reservorio de memoria histórica y cultural de los pueblos». Fotos: Virginia Benedetto
– Decís de tu flamante disco que “tiempo y lugar son dos conceptos del imaginario humano que permiten considerar nuestra existencia y sus circunstancias, antecedentes y proyecciones”. ¿Cuál fue el origen de este trabajo discográfico? ¿Qué te sigue generando componer letras?
– El origen de Tiempo y lugar es un repertorio diverso de canciones compuestas entre aproximadamente 2014 y el presente. Tiempo y lugar es el título de una de las canciones del repertorio que personalmente me parece la más significativa como expresión crítica de mi percepción del mundo. Sigo componiendo no sólo como un gesto desde el idioma sino como impulso desde lo musical porque todavía me parece posible llevar al lenguaje artístico la experiencia íntima y la relación de uno con el entorno que le toca vivir.
– Este disco expone un intenso trabajo con Fernando Silva ¿Cómo fue esa conjunción? ¿Qué aprendiste desde lo musical trabajando junto a él?
– Fernando Silva es un excelente bajista y violoncelista con quien vengo compartiendo música hace mucho tiempo, es muy creativo y generoso en sus ideas. Probablemente lo que pude más entender que aprender con él es la serenidad en el abordaje del trabajo y la eficacia con que resuelve.
– Sos nacido en Pueblo Andino, aunque tu referencia geográfica es Rosario, una ciudad repleta de músicos, un lugar muy vinculado a la música, a la literatura, al fútbol. ¿Cuáles fueron los sonidos de tu infancia que guardaste para siempre?
– Los sonidos de la infancia siempre estuvieron más vinculados al pueblo natal que a Rosario. Hay tres sonidos muy claros en la memoria que guardo de esa época: la sirena de la fábrica de papel, el del río Carcarañá en el Paso de Piedras -como le llaman allí a un tramo pedregoso del cauce- y el sonido del viento en el monte.
– Por este tiempo, el país atraviesa un momento político tenso, cargado de ideas distópicas, infrecuentes para el día a día, grietas. ¿Cómo afecta en tu vida diaria, en tu trabajo de músico y compositor?
– Como afecta a todo el mundo: de la peor manera posible para cada uno. Lo digo de este modo tratando de involucrar los sentimientos de incertidumbre e impotencia principalmente ante la traición de gran sector de la clase política y gremial, la mentira y los recursos mediáticos como herramientas de consenso y opresión, más todos los etcéteras que quieras, pero consciente de ser un privilegiado por poder satisfacer mis necesidades vitales, tener una vivienda y poco más. El trabajo, tanto el creativo, el performativo o el docente sufren igual deterioro que todo el resto.

Portada de Tiempo y lugar
– ¿Por qué algunas canciones trascienden al tiempo y a veces al propio autor?
– Coincido con un escrito de Carlos Casazza en el que considera la canción como un tercer lenguaje autónomo bastante más amplio que la interacción letra-música, y que el cancionero es sin duda un reservorio de memoria histórica y cultural de los pueblos. Lo que es difícil de explicar es por qué algunas canciones, inclusive sin mayor difusión, tienen la capacidad de resonar en un público muy amplio y otras, igualmente cuidadas en su factura, no lo hacen. Lo único que se puede hacer son conjeturas, tal vez la clave esté en lo temático, en cierta sonoridad, pero ninguna certeza.
– ¿Es la música una herramienta para llegar con alegría a los pueblos? ¿Por qué?
– En mi opinión el arte en general es movilizador de la sensibilidad y genera transformación; la canción y la danza son las artes más populares y es tan cierto que la música (o la canción) puede trasmitir alegría como otra cantidad de emociones y experiencias no siempre alegres, pero sí movilizadoras. Ojalá fuéramos tan talentosos como para transmitir alegría siempre porque indiscutiblemente la necesitamos para vivir.
– Desde este tiempo, desde este lugar… ¿Qué ves cuando aparece ante tus ojos una foto de aquella primavera democrática de principios de los 80, de trovadores de pelo largo y un entusiasmo cargado de ilusiones?
– Lo veo con cierta nostalgia pero nunca me paro ahí porque me fascina la idea de evolución y me maravilla la idea de continuar e ir cambiando.
– Dicen por ahí que existe otro mundo, pero habita en este mundo… ¿Cómo es el mundo que habita Jorge Fandermole?
– Tengo una idea de realidad muy crítica y oscilante, acorde al caos que impera, que se entrama con un imaginario de serenidad en el que se pueda seguir adelante sin que quede nadie afuera. Lo que hay en medio es deseo y, ojalá persista, acción.
Las canciones del disco
El flamante trabajo musical de Fandermole incluye doce canciones de temática y género diversos, algunas con rasgos del folklore argentino/latinoamericano y otras carentes de rasgos específicos. A diferencia de discos anteriores, la sonoridad de esta edición es austera: Jorge Fandermole en voz y guitarra sumados al bajo o violoncello a cargo de Fernando Silva, y la participación de Juan Quintero y Julio Ramírez como invitados. Las canciones que le dan forma al disco son Invocación; Guitarra; Río de las ausencias; Décimas de identidad; Mi buen amor; Tiempo y lugar; Campo Rincón (Memoria); Pilar y Juan; Materias y herramientas; Padre (Elegía); Milonga con cuatro orillas; El amor y la cocina. Cada letra es una muestra de la profundidad poética que simboliza el trabajo de Jorge Fandermole.
El extenso CV de Fandermole
Es autor, compositor, intérprete y docente de música. Nació en Pueblo Andino, provincia de Santa Fe, en 1956. Durante los 80 formó parte del movimiento informal de creación y producción musical conocido como Trova Rosarina. Como solista, grabó Pájaros de Fin de invierno (1983), Tierra, Sangre y Agua (1985), Mitologías (1989), Los Trabajos y los Días (1993), Navega (2002), Pequeños Mundos (2005) y Fander (2014), disco doble y el reciente Tiempo y lugar (2025). Junto a Lucho González, Iván Tarabelli y Juancho Perone conformó un cuarteto con el que editó el disco Primer Toque en 1988. Con Lalo de los Santos, Adrián Abonizio y Rubén Goldin participó de un espectáculo llamado Rosarinos, del que surgió un disco en vivo en 1997. Algunas de sus canciones han sido grabadas por Mercedes Sosa, Juan Carlos Baglietto, Silvina Garré, Tania Libertad, Lito Vitale, Jairo, Soledad, Ana Belén, Teresa Parodi, Liliana Herrero, Marta Gómez, Silvia Iriondo, Aca Seca, Juan Quintero y Luna Monti, Suna Rocha, Myriam Cubelos, Yusa, Ethel Koffman, Peteco Carabajal, Los Alonsitos, Los Huayra, entre otros. En 1988 inició junto a diversos músicos un proyecto de educación y producción musical conocido como Escuela de Músicos de Rosario. Durante 1994 y 1995 fue Director de Cultura de la Secretaría de Cultura, Educación y Turismo de la Municipalidad de Rosario. Se desempeñó como director artístico de varias producciones y fue asesor musical de la Editorial Municipal de la Secretaría de Cultura de Rosario, discográfica en cuya creación participó a mediados de los 90. Entre las distinciones obtenidas por su labor artística se destacan la nominación a los premios Gardel por Navega y por Pequeños Mundos; la nominación y distinción con diploma al mérito como compositor de folklore de la Fundación Konex, en 2005; el reconocimiento de la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe, ese mismo año, por su labor de intérprete. En 2008 fue distinguido como compositor con un Gran Premio SADAIC en el rubro Música Popular; en 2014 el disco Fander recibió el premio Gardel al Mejor Disco de Folklore Alternativo; y el mismo año fue reconocido por la Fundación Konex con el Premio Konex de Platino como autor/compositor de la década en Música Popular. En 2019, participó del reencuentro de la Trova Rosarina, que se presentó en el Festival de Cosquín como delegación oficial de la Provincia de Santa Fe y realizó actuaciones en el Teatro Colón y diversos escenarios del país. El mismo año, recibió el Gran Premio a la Trayectoria Artística que otorga el Fondo Nacional de las Artes.
.
.