La producción musical rosarina es prolífera y diversa. En los últimos meses se presentaron muchos trabajos nuevos de compositores y compositoras de la ciudad, en su mayoría música original o reversiones con una impronta muy personal. En esta reseña, un repaso por algunos de los nuevos discos que trajo el Paraná.
Existe el gen nacional y también el gen rosarino. Si agudizamos el oído lo podemos percibir. Somos conscientes de sus características que venimos apreciando desde los inicios de la trova, desde hace más de cuarenta años, como movimiento musical pero también artístico, que supo abrirse con claridad de conceptos a su entorno político dejando traslucir realidades. Observamos con respeto a esas músicas rosarinas, a su poética, a las historias que relatan y a su mirada doblemente introspectiva y manifiesta. En aquel momento eran los que integraban una agrupación que frecuentaba la Lavardén o el Café de La Flor. Ellos ni sabían que se catalogó al movimiento con el nombre de trova, como fusión de varios géneros, pero con un eje en la letra. Herederos de tal epopeya, hoy podemos hablar cultivadores de la canción rosarina y entenderlo como una totalidad, un poco más urbanos algunos, otros más indies, pero nunca ajenos al contexto y con un desarrollo musicalmente consolidado.
Rosario, es “ese silencio que huele a poesía”. La escena musical contemporánea en contextos de crisis sigue buscando identificarse en las canciones con una poesía más soluble que tiende mucho más a lo ecléctico de las composiciones, pero siempre a la belleza.
La constitución cosmopolita, ribereña, productiva y cultural de la ciudad de Rosario no puede menos que desarrollar suculentos productos artísticos, de calidad y en cantidad. La diferencia con otras épocas está dada por un amplio porcentaje de participación femenina en estas nuevas creaciones. Dos discos de reciente edición compuestos íntegramente por compositoras, solistas como Ivonne Brangier y Mercedes Borrell o en quinteto como Madreselva, formado por mujeres; el disco del dúo Sauce Rojo, integrado por Yanina Bolognese y Alejandro Bluhn, y el disco del guitarrista Julián Cicerchia son parte también del entramado 2025 de la nueva ola rosarina. Cada cual con sus particularidades, sus hilvanes y sus trazos musicales firmes y diversos.
Ivonne Brangier – Tejer el viento
«Una mujer se agarra y saca la cabeza… no se deja, no se deja…»
La compositora y cantante chilena y radicada en Rosario, enlaza las temáticas femeninas con música tribalista logrando el acompañamiento perfecto para su voz donde ella la deja jugar como un instrumento más. Es un trabajo compacto atravesado por un concepto de principio a final, comienza con el track Enhebro y termina con Lanas. Lo determina un ritual entre la naturaleza y los coros redentores y mágicos, o las fusiones andaluzas, gitanas, que nos transportan junto a un canto que viaja.
Mujer árbol, Eslabón de invierno, Suspiro de fuego, son nombres de temas que determinan pero que no se nombran en ninguna letra. Compuesto por 9 tracks propone ser escuchado en ese orden y comprobar que se trata de una obra completa, cíclica, totalmente tejida. Por momentos con un saxo se refugia en el world music, pero en las sonoridades del acordeón y el cuatro venezolano hay una aproximación al folk de finales de los 70. Descubrimos por allí alguna saltarina cueca chilena y mucho sonido ambiente que libera. Tejer el viento es un disco novedoso y placentero.
La canción rosarina late con grandes letras en este segundo trabajo de la guitarrista, compositora, cantante y psicóloga Mercedes Borrell, tan ecléctica ella como este disco al que llamó Fauna. El título refiere a la diversidad de musicalidades que conviven en un ecosistema armonioso donde las especies musicales como el samba brasilero, el joropo, un tema klezmer, o un tango pueden integrar indiscutiblemente un mismo paisaje sonoro.
Lucas Querini trabajó en los arreglos y la producción artística y ambos lograron sorprender con la variedad y la versatilidad de la voz de Mercedes. Como si nada, teatral en partes, es una chanson que despliega una historia; Frente a frentey El nombre son tangos hechos y derechos. Milonga del Rosedal mezcla con una instrumentación mágica y diversa, la milonga y la canción. Ensambles de cuerdas, bandoneón, mandolina, violines, clarinetes, o un piano solo y su voz pueden ubicar al oyente frente a difusas imágenes de escenas dramáticas. Cada tema tiene luz propia. Pajarito es un dinámico joropo y Dunas un clásico bossa en portugués que parece acercarnos la tarde junto a un Dorival Caymmi recorriendo Ipanema. Al finalizar un track no sabemos qué sigue, pero lo que sea que siga resulta encantador.
Julián Cicerchia – El loco de la guitarra
No podía faltar el disco puramente instrumental, concebido por el guitarrista Julián Cicerchia que ordenó en su primer disco la locura de interpretar con vehemencia obras y piezas del amplio repertorio para guitarra que comprende música de raíz argentina y popular. Toma forma haciéndole una venia a Yupanqui y con el tierno abrazo de Abonizio que brinda aval de su virtuosismo y que define este trabajo como “una complicidad entre dos locos”, uno abriendo su alma en las cuerdas y el otro con la velocidad de sus dedos.
Un disco que repasa la locura de compositores como Falú, Guarany, Gardel, Chazarreta, Juanjo Domínguez, Yamandú Costa y hasta Damasio Esquivel autor de Alma guaraní, quizá uno de las más remotas piezas de nuestro cancionero. Se presume necesario este abordaje de los clásicos y se disfruta plenamente el pasaje de lo sutil a lo pasional. El loco de la guitarra nos convida a la obsesión de la escucha.
Madreselva – Fronda
La música litoraleña se funde con los tangos nuevos en el repertorio que eligieron las integrantes del quinteto femenino Madreselva. Despliegan en Fronda, su segundo trabajo editado, una galería de autoras: Sandra Corizzo, Elbi Olalla, Caro Ciani, Eugenia Geralda Lazarte cada una de ellas portadoras de una poética sensible. Un rasguido doble y un chamamé se infiltraron en la propuesta tanguera hecha por mujeres.
El ensamble suena poderoso, confirmando la hermandad entre ambos géneros, una cantante sólida y una banda presente sosteniendo musicalmente la letrística que resulta del aporte de estas nuevas compositoras de la escena regional.
El disco es frondoso desde el título mismo que alude a la reunión artística como la fronda de un árbol, copa plena de hojas, amparando, generando sombra a los de abajo de raíz profunda y ramas como brazos. Entre todas las integrantes de esta Fronda se fue armando el disco con rítmica bien tanguera y sonido contemporáneo.
Sauce Rojo – Ser canción
El dúo Sauce Rojo formado por Yanina Bolognese y Alejandro Bluhn van por un tercer álbum con canciones propias nacidas de viajes por el país e ingredientes de cada región
Juntos desde hace más de 8 años, estudiaron música, grabaron 2 discos, han ganado premios y viajado por el país. Han compuesto para este nuevo disco cuecas cuyanas, bailecitos, triunfos, rasguidos dobles y tangos con temática bien regional, personajes e historias sencillas. De pronta edición hay disponible algo para ir disfrutando de lo que se viene, Ser canción se llama y estará en las plataformas pronto, mientras tanto Chacarera pa’ la Ipa con la voz y el piano de Yanina y la guitarra de Alejandro.
Quizá el más folklórico de los discos nuevos promete una sonoridad folklórica no convencional y mucha ternura.
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